
Ilustración: El Chivato

Los monstruos del amor
Leyenda chilena
Relato enmarcado de: Beatriz Actis - "Cuando se va el verano"
La ciudad de Valparaíso es famosa no solo en Chile sino en
toda América por su hermosa arquitectura enloquecida: las casas de colores
parecen colgar de los cerros. En esa ciudad a las orillas del Pacífico, que
intriga y fascina a la gente aun antes de conocerla, se esconden antiguos
secretos.
En mi sueño de anoche se me apareció la figura de un
monstruo sanguinario. Tenía grandes cuernos, garras afiladas, aliento
sepulcral.
¿Qué es lo que yo sabía de él, como a veces saben algunas
cosas en los sueños? Que se llamaba Chivato y vivía en una caverna conocida
como la cueva del Chivato, lugar que existía desde hacía siglos al pie
de uno de los cerros de Valparaíso.
El Chivato escondía en el interior de su cueva a una
muchacha inocente llamada Eluney. Él la había visto pasear por los alrededores
de la cueva y se enamoró de ella. Como Eluney lo rechazó, el despiadado Chivato
la tomó prisionera.
Desde aquel momento, muchas personas valientes, hombres y
mujeres, intentaron rescatar a Eluney. Pero todos aquellos que caían en las
garras del Chivato y eran lastimados por sus cuernos no podían resistirse y
eran empujados por la bestia, furiosa de celos, hacia el interior de la cueva.
Los pocos que sobrevivían tenían que llegar, malheridos, a lo más profundo del
lugar, que era en donde estaba encerrada la joven.
Quienes corrían ese riesgo debían combatir primero con una
serpiente, que se les subía por las piernas, se les enroscaba en la cintura, en
los brazos y en la garganta, y los besaba en la boca.
Lucharían después contra una tropa de carneros que los
embestían, cortándoles el paso para intentar hacerlos retroceder a fin de que
desistieran de sus intenciones.
Si triunfaban en las dos pruebas anteriores, debían
enfrentar a una bandada de cuervos que intentaban sacarles los ojos.
Nadie lo lograba. Y si alguno llegaba a hacerlo, tenía que
enfrentarse otra vez con el monstruo, que poseía una fuerza salvaje imposible
de resistir por los humanos comunes y corrientes. Los arriesgados salvadores
terminaban perdiendo la vida.
Pasa el tiempo y Eluney languidece en la cueva. Sin embargo,
día tras día y noche tras noche, espera que la salven.
Lo que soñé esta madrugada, antes de despertar, es que estaba en camino hacia la cueva un joven enamorado de Eluney, fuerte y aguerrido, destinado a vencer al Chivato. Y me desperté con la certeza de que, la próxima noche de luna llena, el joven vencerá al monstruo en las puertas de su cueva y rescatará a la muchacha. Y Eluney será libre para siempre.
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